El festín de las VTC en Andalucía: Cuando lo privado tiene más barra libre que la Feria de Abril

En Andalucía, la tierra del sol, el arte y las tradiciones, hay algo que brilla más que la Giralda en una tarde de verano: la sonrisa de satisfacción de los directivos de las empresas de Vehículos de Transporte con Conductor (VTC). Y no es para menos, porque parece que la Consejería de Fomento, liderada por su infatigable consejera Rocío Díaz, ha decidido organizarles un auténtico festín, cortesía del gobierno del Partido Popular.

Vamos a hacer un rápido repaso de la situación. Han pasado casi dos añitos, nada menos, desde que se aprobó ese famoso decreto para las VTC. Dos años en los que cualquier ciudadano que use la cabeza se habría preguntado cuándo llegaría ese "reglamento sancionador" que pusiera un poco de orden en este caos. Pero aquí estamos, dos años después, y ¿adivinen qué? ¡Nada de sanciones! Porque, al parecer, lo que le encanta al Partido Popular es dejar a las VTC campar a sus anchas por la región. Y si los taxistas andaluces, más de 8.000 familias que dependen directamente de este oficio, sienten que están siendo dejados en la cuneta... bueno, que no se preocupen. Seguro que es todo parte de una estrategia muy elaborada para fomentar el crecimiento de lo privado a costa de lo público. ¡Viva el libre mercado!

 

Así que aquí estamos, en una Andalucía donde el reglamento sancionador es un chiste de mal gusto y las VTC gozan de más libertad que un poeta en un tablao flamenco. Y los taxistas, esos que llevan décadas sirviendo a los andaluces, se quedan mirando desde la barrera, viendo cómo se les escapa el futuro. Pero, ¿Quién necesita taxistas cuando tienes a las VTC campando a sus anchas, sin reglas, sin control, y con el beneplácito de la Junta?

Mientras tanto, más de 8.000 familias andaluzas que dependen directamente del taxi, sin contar las miles que lo hacen indirectamente, siguen esperando a que alguien en la Junta se acuerde de que el taxi no solo es un medio de vida, sino un servicio público de interés general. Todo un espectáculo digno de la mejor comedia de los hermanos Álvarez Quintero: una administración que, en lugar de proteger el servicio público del taxi, se esfuerza por dejar la puerta abierta a las VTC, como si de invitados de honor se tratara.

Y es que, en la Andalucía del PP, lo privado parece tener siempre prioridad. Porque claro, ¿Qué son unas cuantas miles de familias si se puede facilitar el negocio a unas cuantas empresas privadas? Total, el taxi ya lleva años luchando por sobrevivir, ¿Qué más da dejarles un poco más a su suerte?

Así que, mientras el reglamento sancionador sigue brillando por su ausencia, las VTC circulan como Pedro por su casa, disfrutando de una libertad que ya quisieran muchos otros sectores. Y los taxistas, esos que día tras día trabajan para ofrecer un servicio de calidad a los ciudadanos, siguen esperando que alguien en la Consejería de Fomento se acuerde de que ellos también tienen derecho a un poco de protección.

En fin, quizás algún día, cuando la Feria de Abril vuelva a Sevilla, el gobierno del PP decida que ya es hora de poner un poco de orden en el asunto. Pero mientras tanto, parece que la barra libre para las VTC seguirá siendo la norma en Andalucía. Y que viva la fiesta, aunque no todos estén invitados.

Unión Sevillana del Taxi